Química sanguínea integral

QUÍMICA SANGUÍNEA INTEGRAL

El perfil que denominamos Química sanguínea integral es un panorama general del análisis del comportamiento del metabolismo de los principales órganos de su organismo, el cuál se compone de 51 elementos analizados y agrupados en 9 secciones.

Este panel fue diseñado por Grupo ARH basado en la experiencia de más de 50 años en los que hemos evaluado diferentes pacientes y observamos los marcadores que en condiciones normales no deben estar alterados, pero que una alteración de uno o más analitos detectado a tiempo, puede ser un indicio de un proceso patológico.

La primera sección es una Evaluación nutricional y metabólica, con la que detectamos problemas como desórdenes alimenticios, alteraciones de la glucosa (diabetes), desnutrición (perfil de proteínas), mala hidratación celular (electrolitos) y exceso de ingesta de carne o dolores articulares (gota-ácido úrico).

Los estudios en esta sección son: Glucosa, Ácido úrico, Proteínas totales, Albúmina, Globulina, Relación A/G, Sodio, Potasio, Cloro, Dióxido de carbono, Intervalo iónico.

La segunda parte es una Evaluación ósea, que analiza de manera general el estado del sistema; alteraciones sobre el crecimiento óseo, que generen un aumento de la actividad de las células óseas, o bien detectar cánceres que se han extendido hacia el hueso, así como en los déficits de vitamina D (Fosfatasa alcalina), diagnóstico del funcionamiento inadecuado de las glándulas paratiroideas y que provoca enfermedades óseas, calambres abdominales, calambres musculares u hormigueo en los dedos (Calcio-Fósforo), cuando existen problemas de debilidad, temblores, tetania y convulsiones (Magnesio)

Los estudios en esta sección son: Fosfatasa alcalina, Calcio, Fósforo, Magnesio

La tercera sección es de Evaluación de lípidos, utilizado para evaluar el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular producto de un trastorno en el metabolismo de lípidos. En esta alteración contribuyen hábitos poco saludables (dieta, sedentarismo, cigarrillo, alcohol) en personas susceptibles genéticamente. También es útil para el seguimiento o control del paciente que se encuentra con una dieta o medicamentos para disminuir los lípidos y, a su vez, el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Los estudios en esta sección son: Colesterol total, Triglicéridos, Colesterol de alta densidad (HDL), Colesterol de baja densidad directo (LDL), Colesterol de muy baja densidad (VLDL), Proteína C Reactiva ultrasensible, Índice de riesgo coronario, Índice de riesgo de resistencia a la insulina.

La cuarta sección es Evaluación renal, que comprende los analitos para identificar de manera general alteraciones en el funcionamiento del riñón, se sugiere cuando se padece alguna enfermedad de base que puede afectar al riñón, como la diabetes o hipertensión, se pueden solicitar para el seguimiento de la enfermedad renal, la progresión de la enfermedad y la eficacia del tratamiento.

Los estudios en esta sección son: Nitrógeno ureico, Urea, Creatinina.

La quinta sección se denomina Evaluación pancreática, útil en pacientes que presentan signos o sugerentes de alteración pancreática como: Dolor abdominal severo o dolor en la espalda que se irradia o empeora cuando se ha ingerido algún alimento, fiebre, pérdida de apetito, náuseas y vómitos, color amarillento en ojos y piel (ictericia), pulso acelerado o heces líquidas, con grasas y malolientes.

Los estudios en esta sección son: Amilasa y Lipasa.

En la sexta sección de este perfil se denomina Evaluación hepática, la cual consiste en un análisis químico completo de las sustancias reguladas por el hígado, existen muchas situaciones que pueden causar un daño hepático agudo o crónico, dando lugar a una inflamación (hepatitis), cicatrices (cirrosis), obstrucción de la vía biliar, carcinoma hepatocelular o alteraciones en la función hepática. Sustancias como alcohol, algunos suplementos a base de plantas y ciertas toxinas también pueden suponer una agresión para el hígado. Este daño hepático puede ser muy extenso antes de que se manifiesten  signos o síntomas, como ictericia, emisión de orina oscura (coluria) o de heces descoloridas (acolia), picor (prurito), náuseas, cansancio, diarrea y pérdida o aumento de peso inexplicables. La detección precoz de las lesiones hepáticas es fundamental para minimizar este tipo de consecuencias y conservar la función hepática.

Los estudios en esta sección son: Bilirrubina total, Bilirrubina no conjugada, Bilirrubina conjugada, Bilirrubina directa, Bilirrubina delta, Alanin amino transaminasa, Aspartato amino transaminasa, Relación TGO/TGP, Gama glutamil transferasa, Colinesterasa.

La séptima sección se denomina Evaluación cardiaca, estos analitos se solicitan siempre ante la sospecha de una lesión muscular, y a intervalos regulares para el seguimiento de lesiones continuadas. Puede solicitarse en los casos de enfermedades musculares (miopatías) como la distrofia muscular, o ante traumatismos como aplastamientos o quemaduras extensas, o bien cuando una persona refiere síntomas asociados a daño muscular como: Dolor muscular, Debilidad muscular, Emisión de orina oscura. La orina se oscurece debido a la presencia de mioglobina, que es otra molécula liberada en situaciones de daño muscular y que además puede ser perjudicial para los riñones; también se pueden solicitar cuando los síntomas son inespecíficos, especialmente si se está tomando algún fármaco o sustancia potencialmente asociada a lesión muscular.

Los estudios en esta sección son: Creatina cinasa, Creatina cinasa MB, % relativo CKMB/CK, Deshidrogenasa láctica.

La octava sección es la Evaluación de anemia, esta sección contiene analitos que ayudan a la identificación de anemia por déficit de hierro, es la anemia más común y puede obedecer a distintas causas. Es posible que no existan signos ni síntomas cuando el déficit de hierro es leve o moderado. Además de presentar los signos y síntomas propios de anemias, algunos de ellos son bastante característicos de un déficit de hierro; aparecen a medida que las reservas de hierro del organismo se van agotando. Entre los síntomas y signos más frecuentes se incluyen: Uñas frágiles y quebradizas o en forma de cuchara, Lengua hinchada o dolorida, Ulceraciones o grietas en las comisuras bucales, Dificultad al tragar, Deseo de comer sustancias no alimenticias como hielo o materia inorgánica («pica»).

Los estudios en esta sección son: Hierro sérico, Capacidad latente de fijación de hierro, Capacidad total de fijación del hierro directa, Saturación de transferrina.

La novena y última sección se denomina Evaluación de respuesta inmune/inflamatoria, la medición de las inmunoglobulinas suelen interpretarse conjuntamente. Una alteración de los resultados indica mayor o menor afectación del sistema inmune, su medición no es diagnóstica pero puede constituir un potente indicador de alguna enfermedad. Los aumentos policlonales de inmunoglobulinas son relativamente frecuentes; los monoclonales son más raros y deben estudiarse en profundidad. Aumento policlonal de una clase o varias de las clases de Ig principales (IgG, IgA e IgM) se asocia a: infecciones, agudas y crónicas, Enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, esclerodermia) Cirrosis, Inflamación crónica, enfermedades inflamatorias, Reacciones de hiperinmunización, Síndrome de Wiskott-Aldrich, En recién nacidos, infección durante el embarazo (congénita – sífilis, toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus). Aumento monoclonal de una clase de inmunoglobulinas, con o sin disminución del resto de inmunoglobulinas, se asocia a: Mieloma múltiple, Leucemia linfocítica crónica, GMSI (gammapatía monoclonal de significado incierto), Linfoma, Macroglobulinemia de Waldenström (IgM).

La medida de C3 y C4 se utiliza para determinar si ciertas anormalidades o deficiencias en el sistema del complemento están causando o contribuyendo a la enfermedad o trastorno del paciente.

Los estudios en esta sección son: Inmunoglobulina A, Inmunoglobulina G, Inmunoglobulina M, Complemento C3, Complemento C4.

 

Conoce más información sobre los analitos en:
www.arhlaboratorios.com/analitos

Analitos

Analitos incluidos en el estudio Química Sanguínea Integral

Glucosa: La glucosa es una fuente primaria de energía celular. Las concentraciones de glucosa plasmática en ayunas y la tolerancia a una dosis de glucosa se utilizan para establecer el diagnóstico de la diabetes mellitus y los trastornos del metabolismo de los hidratos de carbono. Las determinaciones de la glucosa se utilizan para supervisar el tratamiento en las personas diabéticas y en pacientes con deshidratación, coma, hipoglucemia, insulinoma, acidosis y cetoacidosis.

Ácido úrico: es el producto final del metabolismo de la purina. Se producen elevaciones del ácido úrico en situaciones como insuficiencia renal, azotemia prerrenal, gota, intoxicación por plomo, destrucción celular excesiva (por ejemplo, después de quimioterapia), anemia hemolítica, insuficiencia cardíaca congestiva y después de un infarto de miocardio. El ácido úrico también aparece aumentado en algunos trastornos endocrinos, acidosis, toxemia del embarazo, gota hereditaria y enfermedad por acumulación de glucógeno tipo I. Después del tratamiento con algunos medicamentos (por ejemplo, aspirina a dosis bajas), con un consumo de purinas en la dieta bajo, en presencia de defectos de los túbulos renales y en la xantinuria, pueden encontrarse concentraciones bajas de ácido úrico.

Proteínas totales: Las proteínas séricas transportan fármacos y metabolitos y mantienen la presión osmótica en el plasma. La mayoría de las proteínas séricas, a excepción de las gammaglobulinas, se sintetizan en el hígado. Una de las proteínas séricas más importantes que produce el hígado es la albúmina. La concentración de proteínas totales en el suero puede utilizarse en la evaluación del estado nutricional.

Entre las causas de una concentración elevada de proteínas totales en suero figuran la deshidratación, la macroglobulinemia de Waldenström, el mieloma múltiple, la hiperglobulinemia, las enfermedades granulomatosas y algunas enfermedades tropicales. La concentración de proteínas totales está ocasionalmente aumentada en las enfermedades del colágeno, el lupus eritematoso y otros casos de infección o inflamación crónica. Las causas de una concentración baja de proteínas totales en suero incluyen el embarazo, la administración excesiva de líquidos intravenosos, la cirrosis u otras enfermedades hepáticas, el alcoholismo crónico, la insuficiencia cardíaca, el síndrome nefrótico, la glomerulonefritis, las neoplasias, las enteropatías con pérdida de proteínas, la mala absorción y la desnutrición aguda.

Albúmina: De todas las proteínas séricas, la albúmina es la que se encuentra en la concentración más elevada. Actúa para mantener la presión oncótica y el transporte de numerosas sustancias. Un aumento de la albúmina sérica podría indicar deshidratación o hiper infusión con albúmina; un descenso está relacionado con hidratación rápida, sobrehidratación, malnutrición grave y mala absorción, necrosis hepática difusa grave, hepatitis activa crónica y neoplasia. La albúmina suele estar reducida en el alcoholismo crónico, el embarazo, en los casos de pérdida de proteínas renales, disfunción tiroidea, úlcera péptica y en los procesos inflamatorios crónicos.

Sodio: es el catión más importante de los fluidos extracelulares. El riñón regula el contenido de sodio del organismo. Los niveles bajos de sodio pueden estar causados por una pérdida excesiva de orina, diarrea, enfermedad de Addison y enfermedad de los túbulos renales. Pueden producirse niveles elevados de sodio en la deshidratación aguda, algunos tipos de lesión cerebral, coma diabético e ingestión excesiva de sales de sodio.

Potasio: es el catión más importante del líquido intracelular. La determinación del potasio sérico se utiliza en la evaluación del desequilibrio electrolítico, las arritmias cardiacas, la debilidad muscular, la encefalopatía hepática y la insuficiencia renal así como en la vigilancia de la cetoacidosis en la diabetes mellitus y el tratamiento de reposición hídrica por vía intravenosa.

Más del 90% de los pacientes hipertensos con aldosteronismo tienen cifras bajas de K+; una baja cifra de K+ también es común en los casos de vómitos, diarrea, alcoholismo y deficiencia de ácido fólico. Los valores elevados de K+ se producen cuando se efectúa una infusión rápida de K+, en la nefropatía terminal, en los casos de hemólisis, traumatismo, enfermedad de Addison, acidosis metabólica, inanición aguda y en las urgencias médicas agudas. Normalmente, el K+ es fácilmente filtrado por el glomérulo, pero tiende a ser conservado si el valor de K+ sérico es bajo. El potasio urinario puede elevarse al aumentar el consumo en la dieta, en el hiperaldosteronismo, la acidosis tubular renal y en el comienzo de la alcalosis.

Cloro: es el principal anión del espacio acuoso extracelular; su importancia fisiológica estriba en el mantenimiento de la correcta distribución del agua, la presión osmótica y el equilibrio anión-catión normal en el compartimiento de líquido extracelular. El cloruro aumenta en las situaciones de deshidratación, acidosis de los túbulos renales (acidosis metabólica por hipercloremia) e infusión excesiva de soluciones salinas isotónicas. El cloruro disminuye en la sobrehidratación, la acidosis respiratoria crónica, la nefritis con pérdida de sal, la alcalosis metabólica y la insuficiencia cardíaca congestiva.

Los niveles de cloruro en la orina ayudan a determinar el tipo de alcalosis metabólica (reactividad y resistencia al cloruro).

Dióxido de carbono: El sistema de ácido carbónico–tampón bicarbonato es uno de los sistemas tampón importantes que mantiene el pH de la sangre. Las determinaciones de CO2 total (es decir, bicarbonato más CO2 disuelto) se usan junto con otra información clínica y de laboratorio (pH y pCO2 arterial) en la evaluación de los trastornos ácido-básicos. Por lo general, el CO2 total está aumentado en la acidosis respiratoria, la alcalosis metabólica y cuando se produce un consumo excesivo de productos alcalinos. El CO2 está disminuido en la alcalosis respiratoria compensada, la acidosis metabólica y en los trastornos renales en los que no pueden excretarse los iones H+.

Fosfatasa alcalina: es una enzima que está presente en varios tejidos del organismo como hígado, hueso, riñón, intestino y placenta de las mujeres embarazadas. No obstante, sus concentraciones más elevadas se observan en las células óseas y hepáticas. La fosfatasa alcalina sérica puede estar elevada cuando el metabolismo óseo está aumentado, por ejemplo en los adolescentes y durante la curación de una fractura; el hiperparatiroidismo primario y secundario; la enfermedad de Paget en el hueso; el carcinoma metastásico óseo; el sarcoma osteogénico; y la enfermedad de Hodgkin si los huesos están invadidos. Las enfermedades hepatobiliares que implican colestasis, inflamación o cirrosis aumentan la actividad de la fosfatasa alcalina; la actividad de la fosfatasa alcalina puede estar aumentada en los casos de infarto y fallo renal y en las complicaciones del embarazo. Ocasionalmente puede verse una actividad de fosfatasa alcalina baja en el hipotiroidismo.

Calcio: es el componente mineral del hueso más importante; el 99% del calcio del organismo se encuentra en los huesos. Los iones de calcio desempeñan un papel importante en la transmisión de los impulsos nerviosos y en el mantenimiento de la contracción normal de los músculos. Una concentración anormal de calcio sérico puede ser indicativa de un funcionamiento inadecuado de las glándulas paratiroideas, enfermedades óseas, carcinoma, síndrome de desnutrición y malabsorción, deficiencia de la vitamina D, sobredosis con antiácidos a base de calcio y enfermedades renales.

Fósforo: en forma de fosfato, se distribuye por todo el organismo. Entre las causas de una concentración elevada de fósforo sérico se incluyen la deshidratación, el hipoparatiroidismo, la hipervitaminosis D, las metástasis óseas, la sarcoidosis, la embolia pulmonar, la insuficiencia renal y la diabetes mellitus con cetosis. Se observan concentraciones bajas de fósforo sérico en el hiperparatiroidismo primario y cuando la concentración de calcio aumenta por otras causas, en los casos de sepsis, deficiencia de vitamina D, trastornos de los túbulos renales, hemodiálisis crónica, vómitos y ocasionalmente con una reducción de la ingesta de fosfato de la dieta.

Magnesio: es predominantemente un catión intracelular esencial en las reacciones enzimáticas. La deficiencia de magnesio puede provocar debilidad, temblores, tetania y convulsiones. La hipomagnesemia se asocia a hipocalcemia, alcoholismo, algunos tipos de desnutrición, mala absorción, hemodiálisis crónica y embarazo. Las concentraciones aumentadas de magnesio sérico se producen en pacientes con insuficiencia renal, deshidratación y la enfermedad de Addison.

Colesterol total: está presente en los tejidos, en el suero y en el plasma bien como colesterol o bien como ésteres de colesterol unidos a proteínas. El colesterol es un componente estructural esencial de las membranas celulares y de la capa externa de las lipoproteínas plasmáticas y es el precursor de todas las hormonas esteroides, incluidas las hormonas sexuales y suprarrenales, los ácidos biliares y la vitamina D. Las determinaciones del colesterol se utilizan para valorar el riesgo de desarrollar oclusión de la arteria coronaria, aterosclerosis, infarto de miocardio y enfermedades cerebrovasculares. La aterosclerosis coronaria se correlaciona con niveles elevados de colesterol. Las concentraciones de colesterol están aumentadas en la hipercolesterolemia primaria; la hiperlipoproteinemia secundaria, incluido el síndrome nefrótico; la cirrosis biliar primaria; el hipotiroidismo; y en algunos casos, la diabetes mellitus. Pueden encontrarse concentraciones bajas de colesterol en la desnutrición, la absorción insuficiente, los procesos malignos avanzados y el hiperparatiroidismo. La concentración de colesterol sérico depende de numerosos factores, entre ellos la edad y el sexo.

Triglicéridos: ésteres de ácidos grasos de glicerol, representan la forma más importante de grasa en el organismo; su función principal es la de almacenar y proporcionar energía a las células. La concentración de triglicéridos en el plasma en cualquier momento dado es un equilibrio entre los flujos de entrada y de eliminación. Las concentraciones de triglicéridos en el plasma varían con la edad y el sexo. Durante la fase de crecimiento y desarrollo pueden producirse aumentos moderados. Los triglicéridos se utilizan en la evaluación de las hiperlipemias, asociándose las concentraciones elevadas con la presencia de hipotiroidismo, síndrome nefrótico, enfermedades por acumulación de glucógeno y diabetes mellitus. Las concentraciones extremadamente elevadas de triglicéridos son comunes en la pancreatitis aguda.

Colesterol HDL: El colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad (HDL) se utiliza para evaluar el riesgo de desarrollar cardiopatías coronarias (CC). Este riesgo aumenta con las concentraciones bajas de colesterol HDL.

Colesterol LDL: Las lipoproteínas de baja densidad (LDL) son una de las seis clases principales de lipoproteínas circulantes. Las LDL transportan el colesterol a los tejidos periféricos para la biosíntesis de membranas celulares, al hígado y otros tejidos para la síntesis de hormonas esteroideas y a los hepatocitos para la síntesis de ácidos biliares. Los niveles de colesterol LDL están directamente relacionados con el riesgo de desarrollar cardiopatía coronaria y la reducción del nivel de colesterol LDL en la sangre es un objetivo fundamental de diversos agentes terapéuticos hipocolesterolemiantes.

Proteína C reactiva de alta sensibilidad: reactiva es un reactante de fase aguda que refleja inflamación sistémica de bajo grado. Los aumentos de los valores de CRP son inespecíficos y no deben interpretarse sin una historia clínica completa. Pueden realizarse mediciones de CRP para la detección precoz de la infección en pediatría y para la valoración del riesgo de cardiopatía coronaria. Este riesgo aumenta cuando los valores de CRP exceden 3 mg/L. El ensayo VITROS hsCRP está clasificado como ensayo de la proteína cardiaca C reactiva (cCRP). Los ensayos de CRP cardiaca (cCRP) se utilizan como ayuda en la identificación y estratificación de individuos con riesgo futuro de enfermedad cardiovascular. Cuando se utiliza junto con la evaluación clínica tradicional de síndromes coronarios agudos, cCRP puede ser de utilidad como marcador independiente del pronóstico de casos recurrentes en pacientes con síndrome coronario estable o agudo. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y la Asociación Americana del Corazón han hecho las siguientes recomendaciones relativas al uso de la proteína C reactiva de alta sensibilidad (hsCRP) para la valoración del riesgo de enfermedades cardiovasculares :

  • La determinación de la hsCRP debe hacerse dos veces (promediando los resultados) óptimamente con un intervalo de dos semanas, en pacientes metabólicamente estables, y debe compararse con valores anteriores. Los análisis no deben realizarse mientras haya una indicación de infección, inflamación sistémica o traumatismo.
  • Deben realizarse pruebas de seguimiento de los pacientes con valores de CRP elevados. Los pacientes con valores de hsCRP sistemáticamente inexplicados superiores a 10 mg/L después de análisis repetidos deben ser evaluados en busca de un origen no cardiovascular de la infección o la inflamación.
  • Debido a la variabilidad intraindividual, las determinaciones seriadas de la hsCRP no deben utilizarse para supervisar los efectos del tratamiento.
  • No se recomienda el cribado de toda la población adulta para detectar hsCRP.
  • La hsCRP no es un sustituto de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales.
  • La aplicación de directrices de tratamiento de los síndromes coronarios agudos no debe hacerse depender de los niveles de hsCRP.
  • La aplicación de medidas de prevención secundarias debe basarse en una valoración global del riesgo y no debe depender de las determinaciones de la hsCRP.

Nitrógeno ureico: La vía más importante para la excreción del nitrógeno es en forma de urea que es sintetizada en el hígado, liberada al torrente sanguíneo y eliminada por los riñones. Los niveles elevados del nitrógeno ureico en sangre se asocian con glomerulonefritis, shock, obstrucción de las vías urinarias, pielonefritis y otras causas de insuficiencia renal crónica. La insuficiencia cardíaca congestiva grave, la hiperalimentación, la cetoacidosis diabética, la deshidratación y las hemorragias del tubo digestivo elevan el nitrógeno ureico. Los niveles bajos de nitrógeno ureico se asocian normalmente con el embarazo, un descenso en la ingestión de proteínas, insuficiencia hepática aguda y con la administración intravenosa de líquidos.

Creatinina: La excreción de creatinina sérica y de creatinina urinaria es una función de la masa corporal magra en personas normales que muestra poca o ninguna respuesta a los cambios en la dieta. La concentración de creatinina sérica es más elevada en los varones que en las mujeres. Como la creatinina urinaria se excreta principalmente por filtración glomerular, apareciendo sólo pequeñas cantidades debidas a la secreción tubular, la excreción de creatinina sérica y de creatinina en orina de 24 horas puede utilizarse para calcular la tasa de filtración glomerular.

La creatinina sérica aparece aumentada en la insuficiencia renal aguda y crónica, la obstrucción de las vías urinarias, los casos de reducción del flujo sanguíneo renal, shock, deshidratación y rabdomiólisis. Entre las causas de una concentración baja de creatinina sérica se incluye el debilitamiento y la disminución de la masa muscular. El ejercicio puede provocar un aumento del aclaramiento de creatinina. Si el flujo de orina es bajo, la tasa de aclaramiento de creatinina no es fiable.

Amilasa: es una enzima digestiva amilolítica producida por el páncreas exocrino y las glándulas salivales. La amilasa está aumentada en la pancreatitis aguda, el absceso pancreático o pseudoquiste, el traumatismo de páncreas, la amiloidosis, el neoplasma pancreático, la obstrucción del conducto biliar común y después de cirugía torácica. Se puede observar aumento de la actividad amilasa en la parotiditis y en la insuficiencia renal.

Lipasa: es una enzima digestiva producida principalmente por las células acinares del páncreas exocrino. Su función fisiológica es hidrolizar los triglicéridos de cadena larga en el intestino delgado. La lipasa sérica aumenta rápidamente en pacientes con pancreatitis aguda y recurrente, abscesos pancreáticos o pseudoquistes, traumatismo pancreático, cáncer de páncreas, obstrucción de los conductos biliares comunes e ingestión de fármacos tóxicos para el páncreas. También aumenta en la mayoría de las afecciones inflamatorias que se producen en la cavidad abdominal, enfermedad de las vías biliares, abscesos abdominales e insuficiencia renal. La lipasa es más específica que la amilasa total para establecer un diagnóstico de pancreatitis aguda.

Bilirrubina total: La bilirrubina total en suero y plasma es la suma de la bilirrubina no conjugada (Bu), la bilirrubina conjugada monoglucurónida y diglucurónida (Bc) y la bilirrubina delta (DELB), una fracción de la bilirrubina unida covalentemente a la albúmina.

Excepto en los casos de ictericia anictérica, la bilirrubina sérica total aparece invariablemente aumentada en los casos de ictericia. Las causas de la ictericia son pre-hepáticas, como resultado de diversas enfermedades hemolíticas; hepáticas, las que están causadas por lesiones hepatocelulares u obstrucción; y post-hepáticas, a consecuencia de una obstrucción de los conductos hepáticos o los conductos biliares comunes.

Bilirrubina no conjugada y conjugada: La ictericia se clasifica como hiperbilirrubinemia no conjugada y conjugada. Habitualmente se observan cifras aumentadas de bilirrubina no conjugada plasmática en los trastornos hemolíticos, el síndrome de Gilbert, el síndrome de Crigler-Najjar, la ictericia neonatal, la eritropoyesis incompleta y en presencia de fármacos que compiten por el glucurónido. Las cifras aumentadas de bilirrubina conjugada plasmática se encuentran en trastornos hepatobiliares como la obstrucción del árbol biliar intrahepático y extrahepático, la lesión de células hepáticas, el síndrome de Dubin-Johnson y el síndrome de Rotor. La bilirrubina neonatal, es decir la suma de Bu y Bc, está aumentada en la eritroblastosis fetal (enfermedad hemolítica del recién nacido), que produce ictericia en los dos primeros días de vida. Otras causas de ictericia neonatal son la ictericia fisiológica, el hematoma/hemorragia, el hipotiroidismo y la ictericia obstructiva.

Alanina aminotransferasa: una enzima involucrada en el metabolismo de aminoácidos, se encuentra en muchos tejidos, como en el hígado, el músculo cardíaco y esquelético, los riñones y el páncreas. Por tanto, las elevaciones de ALT se asocian con trastornos tanto hepáticos como no hepáticos, por ejemplo, la hepatitis, la cirrosis, los tumores hepáticos, la obstrucción biliar, el síndrome de Reye, la rabdomiólisis, la miositis, la miocarditis y el infarto de miocardio. Debido a su distribución principalmente hepática, las elevaciones de ALT son muy útiles a la hora de detectar el daño hepático y las mediciones de ALT son especialmente útiles en el diagnóstico y gestión de una enfermedad hepática.

Aspartato aminotransferasa: presenta una elevada actividad en el corazón, el músculo esquelético y el hígado. Los aumentos de la actividad de la AST en suero se observan habitualmente después de un infarto de miocardio, embolia pulmonar, traumatismo del músculo esquelético, cirrosis alcohólica, hepatitis vírica y hepatitis inducida por fármacos.

Gamma glutamiltransferasa: desempeña un papel principal en el metabolismo del glutatión y en la reabsorción de aminoácidos del filtrado glomerular. También es importante en la absorción de aminoácidos de la luz intestinal. La GGT está presente sobre todo en el hígado, el páncreas y el riñón, aunque también se ha detectado en otros órganos aunque con una actividad menor.

La GGT sérica es un indicador sensible de enfermedad hepatobiliar y es útil en el diagnóstico de la ictericia obstructiva y de la hepatopatía alcohólica crónica, en el seguimiento de alcohólicos crónicos que están bajo tratamiento y en la detección de hepatotoxicidad. La GGT es más sensible a la obstrucción biliar que la AST, la ALT, o la ALKP. La GGT también está aumentada en el hepatoma, el carcinoma de páncreas y en el carcinoma hepático metastásico.

Colinesterasa: Existen dos tipos de colinesterasa:

  • La acetilcolinesterasa, que se encuentra en los hematíes y en los tejidos nerviosos.
  • La colinesterasa, que se encuentra en el plasma, el hígado, el corazón y otros tejidos.

Estas determinaciones son útiles para el diagnóstico de la intoxicación por plaguicidas, enfermedades hepáticas y sensibilidad a la administración de succinilcolina.

  • Intoxicación por plaguicidas. Los plaguicidas a base de organofosfatos y carbamato son inhibidores de la colinesterasa y de la acetilcolinesterasa. Aunque su efecto tóxico se debe a la inhibición de la acetilcolinesterasa en las terminaciones nerviosas, con frecuencia la colinesterasa se usa clínicamente debido a su elevada actividad en suero y a su fácil determinación.
  • Enfermedades hepáticas. La cirrosis, la hepatitis y el carcinoma hepático metastásico reducen la actividad de la colinesterasa. Las reducciones en la actividad de CHE se consideran una medida sensible del descenso de capacidad sintética del hígado, ya que habitualmente la actividad de la colinesterasa en el suero es muy alta.
  • Sensibilidad a la administración de succinilcolina. La succinilcolina es un relajante muscular de acción rápida que se administra durante la cirugía. Es un inhibidor reversible de la acetilcolinesterasa que es hidrolizado por la colinesterasa sérica. Las personas cuya actividad de colinesterasa en suero es insuficiente o que presentan determinadas variantes genéticas no pueden metabolizar este fármaco con rapidez, lo que provoca una apnea prolongada. Una actividad baja de CHE puede ser crónica o transitoria como consecuencia de la exposición a plaguicidas, trastornos hepáticos, embarazos o debido al uso de anticonceptivos orales.

Creatina cinasa: llamada anteriormente creatina fosfocinasa, es una enzima celular con una amplia distribución tisular. La CK se encuentra principalmente en el músculo esquelético y cardíaco. La función fisiológica de la CK se asocia con la generación de ATP destinada a los sistemas de contracción o transporte. La cifras de CK sérica están casi siempre aumentadas después de un infarto agudo de miocardio o después de lesiones en el músculo esquelético. Esta enzima aparece comúnmente elevada en la miocarditis de cualquier origen, los accidentes cerebrovasculares, la rabdomiólisis, la polimiositis y el esfuerzo físico agudo. La CK también está aumentada en las distrofias musculares; en la distrofia muscular de Duchenne, son comunes elevaciones de CK de 20–200 veces los valores normales. Una CK baja puede ser el reflejo de una disminución de la masa muscular o emaciación muscular. Los valores de referencia correspondientes a la CK deben tener en cuenta la edad, el sexo y la actividad física de la persona. Los valores bajos de actividad de CK sérica son comunes en los ancianos, los pacientes postrados en cama y en pacientes con procesos malignos avanzados.

Creatina cinasa MB: La isoenzima MB de la creatina cinasa se encuentra fundamentalmente en el músculo cardíaco aunque también existen trazas en el músculo esquelético. Las cifras de CK-MB están aumentadas después de un infarto agudo de miocardio que es donde esta prueba encuentra su principal aplicación.

La actividad de CK-MB suele ser máxima entre 12 y 24 horas después de un infarto de miocardio, volviendo a los valores normales al cabo de 48 a 72 horas en los casos sin complicaciones. La CK-MB también está elevada en la miocarditis, en la distrofia muscular de Duchenne, la polimiositis, la rabdomiólisis y otros trastornos miocárdicos o miopáticos.

Lactato deshidrogenasa: es una enzima con una amplia distribución tisular y en concentraciones elevadas indica daño tisular. Entre las causas de una elevada LDH figuran estados neoplásicos (leucemia, linfoma, o tumores sólidos), anemia (megaloblástica o hemolítica), estados inflamatorios e infecciosos, trastornos pulmonares o musculares, infartos renales y de miocardio, hepatopatía, traumatismo y shock.

Hierro: La mayor parte del hierro se encuentra unido a la hemoglobina. La determinación del hierro sérico es útil para el diagnóstico diferencial de la anemia, la anemia secundaria por deficiencia de hierro, la talasemia, una posible anemia sideroblástica y la intoxicación por hierro.

El hierro sérico está aumentado en situaciones de hemosiderosis, anemias hemolíticas, talasemia, anemias sideroblásticas, hepatitis, necrosis hepática aguda, hemocromatosis, tratamiento con hierro inadecuado e intoxicación por hierro. El hierro sérico está disminuido en algunos casos de aporte insuficiente de hierro en la dieta, pérdida crónica de sangre, malabsorción del hierro, alteración de la liberación de las reservas de hierro (habitualmente observada en la inflamación), infección y enfermedades crónicas.

Capacidad directa de unión del hierro: La medida del hierro sérico y la capacidad de fijación del hierro sérico es útil en el diagnóstico diferencial de la anemia, la anemia por deficiencia de hierro, la talasemia, una posible anemia sideroblástica y la intoxicación por hierro. La capacidad de fijación de hierro total (TIBC) en suero, que representa la capacidad de fijación de hierro de la transferrina, es un índice útil del estado alimenticio. La TIBC sérica varía en función de los diferentes trastornos del metabolismo del hierro. La TIBC sérica es elevada en las deficiencias de hierro y baja en las enfermedades inflamatorias crónicas, las malignidades y las hemocromatosis.

Inmunoglobulina A: La IgA representa del 10 al 15% de las inmunoglobulinas del suero. A pesar de que no se conoce con exactitud el papel que juega en el suero, su intervención en la resistencia frente a las infecciones se debe a que impide la adherencia de las bacterias o a la inhibición del contacto y penetración de los virus. La IgA podría estar elevada en infecciones recurrentes y reacciones anafilácticas a una transfusión. Los aumentos también están asociados a la hepatopatía crónica, infecciones crónicas, neoplasia del tracto gastrointestinal inferior y a la enfermedad inflamatoria intestinal. La IgA también se puede utilizar como medio diagnóstico de la ataxia telangiectasia, en la diferenciación de los componentes M en el mieloma múltiple y en la evaluación de la progresión del mieloma de tipo IgA. Niveles reducidos de IgA se pueden observar en la deficiencia genética aislada, en trastornos de inmunodeficiencia combinados, mieloma múltiple de tipo no IgA o macroglobulinemia.

Inmunoglobulina G: La IgG está presente en todos los fluidos extracelulares y representa del 70 al 75% de las inmunoglobulinas del plasma en adultos. La IgG actúa protegiendo los espacios tisulares eliminando pequeñas proteínas solubles, tales como toxinas bacterianas, y favoreciendo su aclaramiento por el sistema reticuloendotelial. Pueden observarse concentraciones elevadas de IgG en infecciones recurrentes o crónicas, enfermedades autoinmunes y tumores malignos. También se pueden observar concentraciones elevadas en el lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, en algunas enfermedades parasitarias y en infecciones. La forma más común de mieloma múltiple es el de tipo IgG. La deficiencia de IgG puede ser genética (por ejemplo, el síndrome de Wiskott-Aldrich, la inmunodeficiencia combinada grave) o adquirida (por ejemplo, el sida).

Inmunoglobulina M: La IgM es la primera inmunoglobulina que se sintetiza en respuesta a una provocación antigénica y representa del 5 al 10% de las inmunoglobulinas circulantes totales. El papel de la IgM en la activación de la cascada del complemento y en la estimulación de la fagocitosis la convierte en un factor importante a la hora de eliminar antígenos en forma de partículas y microorganismos de la circulación. Las concentraciones de IgM se utilizan para evaluar las proteínas monoclonales observadas en la electroforesis del suero y para controlar la progresión de la respuesta terapéutica de los pacientes con macroglobulinemia. Se observan frecuentemente concentraciones elevadas en infecciones víricas, artritis reumatoide y enfermedad hepatocelular crónica, sarcoidosis activa, macroglobulinemia de Waldenström y linfoma maligno. Se observan concentraciones bajas en asociación con infecciones recurrentes, crónicas o graves, mieloma múltiple (IgA o IgG) y enteropatía perdedora de proteínas (aunque no en el síndrome nefrótico).

Complemento C3: es la proteína más abundante del sistema del complemento. Al ser uno de los principales mediadores de la inflamación, actúa como el vínculo funcional entre la ruta clásica y la alternativa de la activación del sistema del complemento. La activación del complemento produce varios efectos biológicos, como la destrucción de agentes extraños (bacterias, levaduras, virus), la liberación de histamina y la liberación de leucocitos de la médula ósea. Las concentraciones de C3 se pueden usar como medio diagnóstico de las enfermedades vasculares hereditarias o de las enfermedades vasculares del colágeno, como la nefritis por lupus activo, infecciones graves e inflamación. Se pueden observar concentraciones elevadas tras un traumatismo o cirugía, obstrucción biliar o glomeruloesclerosis focal.

Complemento C4: es una de las enzimas activadoras del sistema del complemento. En la ruta clásica, la activación de C4 conduce a la formación de la C3 convertasa. C4 interviene en el daño e inflamación del tejido en los trastornos inmunológicos. Niveles reducidos de C4 debido a un aumento del consumo pueden encontrarse en el lupus eritematoso sistémico (SLE), el angioedema hereditario, la anemia hemolítica autoinmune y la nefritis autoinmune. Una deficiencia genética de C4 está asociada a una elevada prevalencia de enfermedad vascular autoinmune o de la enfermedad vascular del colágeno, especialmente del SLE. Como sustancia reactante en la fase aguda, en los casos de inflamación, traumatismo y necrosis tisular puede observarse un ligero aumento de su concentración.

A continuación podrás visualizar un ejemplo de reporte de resultados.

 

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Prueba Pro Insulina

El aumento de los niveles de proinsulina en el aparato circulatorio en relación con las concentraciones de insulina madura puede indicar una inminente resistencia a la insulina y la aparición de diabetes tipo 2.

Prueba AC.Anti Insulina

Estos anticuerpos se unen en forma reversible a la insulina y de esta manera son responsables de modificar la disponibilidad de insulina libre en el plasma.

Pseudotrombocitopenia

Importancia de la identificación de trombocitopenia por EDTA.

Pseudotrombocitopenia inducida por ácido etilendiaminotetraacetico (EDTA)

Antecedentes de la Pseudotrombocitopenia

La Pseudotrombocitopenia dependiente de ETDA (PT-EDTA) la describió en 1969 Glowland como una falsa trombocitopenia asociada con anticuerpos anti-plaquetas de tipo IgG activados por EDTA, los mismos que reconocen los receptores glicoproteinicos de Gpllb-llla y estimulan la activación plaquetaria mediante la sobreexpresión de antígenos como GMP1 40 GP55 y la trombospondina, activando la vía tirosina cinasa y finalmente causando aglutinación in vitro de plaquetas.

Pruebas de Inmunofluorescencia indirecta

*Anticuerpos antinucleares por inmunofluorescencia

La inmunofluorescencia indirecta es el patrón oro para la determinación de anticuerpos contra antígenos nucleares (ANA, incluidos componentes del citoplasma). La tecnología BIOCHIP permite la combinación de varios sustratos en un pocillo de ensayo (ensayo Multiplex) para la incubación de un suero de paciente. La combinación de sustrato de células HEp-2 o HEp-20-10 con tejido hepático de primate y/o dots monoespecíficos (EUROPLUS: SS-A, SS-B, Jo-1, Scl70, nRNP/Sm, Sm, proteína P rib.) posibilita ya durante el cribado para ANA la confirmación y diferenciación de los resultados, así como, en algunos casos, la obtención de resultados adicionales.

Los anticuerpos antinucleares son inmunoglobulinas que reconocen componentes celulares autólogos (nucleares y citoplasmáticos). Además de los ANA autoinmunes, pueden estar en circulación ANA infecciosos y naturales.

La detección de ANA debe realizarse mediante inmunofluorescencia indirecta (IFI) en líneas celulares como prueba de tamizado inicial debido a su alta sensibilidad. Una muestra positiva para ANA, detectados mediante IFI, debe confirmarse mediante técnicas más sensibles y específicas como Blot (anticuerpos antinucleares diferenciado).

Los ANA detectados por IFI deben ser evaluados en base al patrón y al título. Una lectura negativa de ANA significa que no hay autoanticuerpos presentes. Sin embargo, una lectura positiva de ANA no indica que haya una enfermedad autoinmunitaria.

Entre los principales patrones de fluorescencia se cuentan la fluorescencia nuclear homogénea y granular, así como coloraciones de los nucléolos y de los centrómeros (claramente identificable especialmente en las células en mitosis).

*Anticuerpos anti DNA por inmunofluorescencia

El sustrato estándar para la prueba de inmunofluorescencia es el hemoflagelado tardío Crithidia luciliae. Este posee una mitocondria gigante que contiene dsDNA (cinetoplasto) que, aparte del dsDNA, esencialmente no muestra antígenos que también se producen en el núcleo celular. Por lo tanto, los anticuerpos que reaccionan con el cinetoplasto se dirigen exclusivamente al ADNds. Con C. luciliae producen una fluorescencia homogénea, parcialmente acentuada por el borde del cinetoplasto. No se evalúa ninguna reacción en el núcleo celular; La fluorescencia en el cuerpo basal de la luz del flúor no tiene significación. Los anticuerpos contra el ADNss no pueden teñir el cinetoplasto.

Asociación clínica: los autoanticuerpos contra dsDNA se encuentran exclusivamente en el LES y en el 40-90% de los casos, según el método de investigación y la actividad de la enfermedad.

*Ac. Anti Citoplasma de neutrófilos (C-ANCA y P-ANCA)

Los ANCA son autoanticuerpos (aAc) contra antígenos principalmente localizados en los gránulos citoplasmáticos de monocitos y granulocitos neutrófilos. Los ANCA, que en el IFI presentan una fluorescencia granular distribuida regularmente por todo el citoplasma a excepción del núcleo celular se denominan cANCA (patrón citoplasmático), mientras que los que en el IFI presentan una fluorescencia predominantemente lisa, parcialmente granular fina enrollada en forma de cinta alrededor del núcleo celular de los granulocitos, pANCA (patrón perinuclear). Son posibles los patrones de fluorescencia de cANCA y pANCA atípicos.

Los antígenos asociados a los ANCA incluyen:

  • La enzima mieloperoxidasa (MPO), principalmente asociada a los pANCA,
  • La proteinasa 3 (PR3), principalmente asociada a los cANCA,
  • El antígeno de colágeno de tipo IV (proteína de la matriz extracelular del la membrana basal glomerular (MBG).

Las vasculitis/enfermedades autoinmunes asociadas a los ANCA de los vasos pequeños son:

  • Granulomatosis poliangitis (GPA), anteriormente denominada granulomatosis de Wegner (WG),
  • Poliangitis microscópica (MPA),
  • Granulomatosis eosinófila con poliangitis (de Wegener) (EGPA), anteriormente denominada síndrome de Churg-Strauss (CSS),
  • Vasculitis de inmunocomplejo,
  • Glomerulonefritis anti-membrana basal (glomerulonefritis anti-MBG),
  • Síndrome de Goodpasture (avance rápido de glomerulonefritis anti-MBG con hemorragias pulmonares).

Las vasculitis asociadas a los ANCA se caracterizan por un riego sanguíneo insuficiente de los órganos debido a una inflamación necrosante de los vasos, formación de microaneurismas y hemorragias en la zona de los vasos sanguíneos destruidos. Dado que los métodos diagnósticos de imagenología e histológicos para la detección o la exclusión de una vasculitis de los vasos pequeños, así como la evaluación de la actividad inflamatoria y el desarrollo de la enfermedad, tienen un valor diagnóstico con restricciones, la determinación de ANCA serológica cualitativa y cuantitativa contribuye de forma decisiva al diagnóstico. En general, al comienzo de la enfermedad los niveles de ANCA son altos, después disminuyen durante el tratamiento y pueden volver a aumentar más tarde, lo que no tiene que estar relacionado con una recidiva.

*Ac. anti Mitocondria/Músculo liso

AMA

El ensayo sirve para la detección serológica de autoanticuerpos contra mitocondrias (AMA).

Estos suelen estar asociados a la enfermedad autoinmune colangitis biliar primaria (CBP) y revisten gran importancia como marcadores inmunológicos para el diagnóstico de esta grave enfermedad.

La CBP es una colangitis destructiva crónica, no supurativa que provoca la destrucción inflamatoria progresiva de los conductos biliares pequeños y cuyo cuadro final es la cirrosis hepática. Afecta entre un 80% y un 90% de los casos a las mujeres de entre 20 y 60 años y, en casos aislados, también a los niños.

Los síntomas de la CBP son inicialmente poco característicos. Aparecen estados de fatiga y agotamiento, así como prurito intenso. Estos síntomas pueden preceder en meses o años a un incremento de los valores hepáticos y al diagnóstico de una CBP. Finalmente, como consecuencia de la colestasa aparecen alteraciones cutáneas en forma de xantelasmas en las comisuras palpebrales interiores, déficit de vitaminas A, D, E y K, esteatorrea y posiblemente una osteoporosis. No es necesaria una biopsia hepática para establecer el diagnóstico, si bien es aconsejable para determinar la actividad y el estadio de la CBP:

  • Estadio I: reacción inflamatoria de los denom. campos de portal
  • Estadio II: necrosis adicionales
  • Estadio III: formación de septos de tejido conjuntivo
  • Estadio IV: alteración cirrótica del tejido hepático (en aprox. un 6%, riesgo incrementado de aparición de un carcinoma hepatocelular)

En el estadio final de la CBP (estadio de cirrosis descompensada), el trasplante de hígado es la única medida que puede salvar la vida. En aprox. el 75% de los pacientes trasplantados, esto cura la CBP. En el resto de pacientes, tras el trasplante se desarrolla una recidiva de CBP, si bien progresa muy lentamente.

En paralelo al diagnóstico clínico de una CBP, el examen por ultrasonidos puede proporcionar indicios adicionales, si bien durante el estadio temprano el hígado puede aparecer normal o similar a un hígado graso y en estadios más avanzados está hipertrofiado. En el estadio final de la cirrosis, se reduce el tamaño del hígado, con una superficie casi siempre irregular u ondulada.

Dado que ni el cuadro clínico ni los métodos de obtención de imágenes permiten el diagnóstico concluyente de la CBP, adquiere especial importancia el diagnóstico serológico de la CBP. Los AMA pueden detectarse mediante IFI con diversos sustratos histológicos y células HEp-2, siendo las criosecciones de riñón de rata el sustrato estándar. Esta prueba permite la detección de autoanticuerpos contra AMA como indicio claro de una CBP, con un alto grado de especificidad y sensibilidad.

La relevancia diagnóstica de la detección de AMA puede incrementarse sensiblemente en un segundo paso mediante mosaico IIFT, ELISA o Westernblot. Para ello se lleva a cabo una diferenciación de AMA en los distintos tipos de AMA, de los cuales M2, M4, M8 y M9 presentan en términos generales la mayor especificidad para CBP, con una prevalencia de casi el 100%. Con la detección AMA como cribado y la detección de tipos de AMA como confirmación se obtiene la máxima certeza diagnóstica posible.

GMA, ASMA

Los autoanticuerpos contra músculos lisos (GMA, ASMA) aparecen en diversas enfermedades hepáticas (hepatitis crónica, cirrosis hepática). Su determinación reviste importancia especialmente para el diagnóstico de una hepatitis autoinmune (lupoide) activa crónicamente. Los anticuerpos GMA también pueden estar presentes en la mononucleosis infecciosa y en otras infecciones víricas, así como en el lupus eritematoso sistémico, los carcinomas mamarios y ováricos y los melanomas malignos, pero en estos casos no desempeñan ningún papel diagnóstico. Tras una hepatitis vírica, por regla general el título vuelve a disminuir muy rápidamente.

Las concentraciones elevadas de anticuerpos contra músculos lisos sugieren una hepatitis activa crónicamente (HAC), y su prevalencia es del 70%. Los títulos de IgG e IgM pueden estar en correlación con la actividad de la enfermedad. La HAC aparece predominantemente en mujeres, y la mitad de los casos se manifiestan antes de los 30 años. En el 40% de los casos, la enfermedad empieza con una hepatitis aguda. Las biopsias de hígado revelan necrosis de las células parenquimales con infiltraciones de linfocitos y células plasmáticas.

Por medio de los autoanticuerpos y de diversos parámetros de virus, es posible clasificar la hepatitis crónica en subgrupos etiológicamente distintos. En la HAC a menudo se detectan, además de anticuerpos contra músculos lisos, autoanticuerpos contra núcleos celulares, mitocondrias, ADNs y citoplasma de granulocitos (pANCA).

También se observan títulos de GMA bajos en pacientes con colangitis biliar primaria (50%), cirrosis inducida por alcohol, obstrucción de los conductos biliares y en aprox. el 2% de las personas de apariencia sana.

Nombre: Ac. Anti Nucleares por Inmunofluorescencia (IFI)
Código: ANAIF
Método: Inmunofluorescencia indirecta.
Muestra: Suero 2 mL
Tiempo de entrega: 1 DH

Nombre: Ac. Anti DNA por inmunofluorescencia
Código: DNAIF
Método: Inmunofluorescencia indirecta.
Muestra: Suero 2 mL
Tiempo de entrega: 1 DH

Nombre: Ac. Anti Citoplasma de neutrófilos (C-ANCA y P-ANCA)
Código: ANCAS
Método: Inmunofluorescencia indirecta.
Muestra: Suero 2 mL
Tiempo de entrega: 1 DH

Nombre: Ac. Anti Mitocondria/Músculo liso
Código: MITOC
Método: Inmunofluorescencia indirecta.
Muestra: Suero 2 mL
Tiempo de entrega: 1 DH