Atiborrar de comida nuestros cuerpos es otra forma de ocultar nuestro amor.
No podemos vivir sin alimento, por que actúa como combustible para nuestro organismo y ayuda a crear nuevas células.
Aunque tal vez conozcamos lo básico de la buena nutrición, a menudo todavía ingerimos comida y dietas para castigarnos y crear obesidad.
Estados Unidos se ha convertido en una nación de adictos a la comida chatarra (y México no anda muy lejos). Durante décadas hemos seguido lo que yo llamo la «Gran dieta estadounidense», llenándonos con alimentos procesados de todo tipo.
Hemos permitido que las compañías de alimentos y sus trucos publicitarios influyan enormemente en nuestros hábitos alimenticios. En las escuelas de medicina ni siquiera se enseña a los médicos nutrición, a menos que la cursen como materia extracurricular.
Por el momento, gran parte de lo que consideramos medicina convencional se concentra en drogas y cirugía, de modo que si realmente queremos aprender algo de nutrición, es un problema que debemos tomar en nuestras propias manos.
Es un acto de amor hacia nosotros mismos darnos cuenta de lo que llevamos a nuestra boca y como nos hace sentir.
Louise L. Hay
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