Los propios autores del estudio se han sorprendido con los resultados. Lejos de reducirse, la tasa de cáncer de piel aumenta, especialmente entre quienes aún no han cumplido los 40 años. Así lo revelan los datos de un trabajo realizado en la Clínica Mayo (Rochester, Minnesota, EEUU), de los que también se concluye que las mujeres son las más ‘castigadas’ por esta enfermedad.
En línea con lo que otras investigaciones apuntaban, «ya imaginábamos que encontraríamos un incremento de casos, pero no que superarían a los que indica el Instituto Nacional de Cáncer de EEUU (NCI, en sus siglas en inglés)», argumentan los responsables del nuevo trabajo que acaba de publicar la revista ‘Mayo Clinic Proceedings’. En particular, les ha llamado la atención la importante incidencia en las mujeres entre los 20 y los 30 años.
Después de revisar una base de datos de Olmsted (Minnesota, EEUU) con los primeros diagnósticos de melanoma en pacientes de 18 a 39 años entre 1970 y 2009, el principal líder de la investigación, Jerry Brewer y su equipo, observaron que la incidencia de melanoma aumentaba ocho veces entre las mujeres y cuatro veces entre los hombres.
Un panorama muy similar al español. «De hecho, en la Academia Andaluza de Dermatología se ha hecho un estudio sobre el cáncer de piel en el que se concluye no sólo que no se ha detenido la incidencia (como esperábamos a principios de los ’90 con las campañas de prevención) sino que ha aumentado, sobre todo en los jóvenes y más en mujeres», argumenta Julián Conejo-Mir, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.

Donde no da el sol

«Algo (además del sol como principal causa) está pasando», remarca el especialista español. Ya hay estudios, continúa, que señalan como culpables a las «mutaciones en los genes BRAF, NRAS y KIT». Esto explicaría los casos donde el cáncer de piel aparece en «localizaciones donde no da el sol, como los genitales, detrás de la oreja, etc». Lo que no se sabe es «qué es lo que está haciendo que estas mutaciones aumenten y en esta línea se está investigando en todo el mundo». Y añade: «Llevamos 30 años haciendo campañas de prevención solar y la incidencia del cáncer de piel sigue aumentando, algo se nos escapa».
Los investigadores del estudio estadounidense señalan las cabinas de bronceado como clave en el incremento de esta enfermedad, sobre todo en mujeres. «Un reciente estudio decía que los usuarios de estas camas tienen un 74% más de riesgo de desarrollar melanoma y sabemos que esta práctica les gusta más a ellas que a ellos». Sin embargo, a pesar de la abundante información que se ofrece a la sociedad al respecto, «siguen acudiendo a estas cabinas».
Dados los resultados de «nuestro estudio, se deberían desarrollar intervenciones que consigan reducir factores de riesgo de este tipo, que continúen subrayando los efectos carcinógenos de las camas de bronceado y recuerden la importancia de someterse a revisiones dermatológicas, sobre todo cuando se noten cambios y lesiones en la piel», concluye Bewer.
Precisamente este año, uno de los objetivos de la próxima campaña de cáncer de piel de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) «serán las cabinas de rayos UVA», adelanta el doctor Conejo-Mir.
Laura Tardón | Madrid

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